Cuando dos artistas deciden trabajar juntos, es fundamental tener un acuerdo claro para evitar malentendidos futuros. Un contrato sencillo para colaborar con otro artista sirve para definir los términos de la colaboración de forma clara y proteger los derechos de ambos.
Lo primero es establecer quiénes participan en la colaboración. Anotad los nombres completos y los roles que cada uno tendrá, por ejemplo, uno se encargará de la letra y el otro de la música. Esto ayuda a establecer responsabilidades desde el inicio.
Después, hablad sobre la propiedad de la obra creada juntos. Es importante decidir cómo se repartirán los derechos y las ganancias. Por ejemplo, podéis acordar que cada uno tenga el 50 % o un porcentaje diferente según lo que aportó. También conviene dejar claro qué pasa si decidís usar la canción en el futuro para otros proyectos o licencias.
No olvidéis especificar cómo se manejarán los ingresos, como reproducciones en plataformas digitales, licencias o presentaciones en vivo. El contrato debe indicar que ambos recibiréis las ganancias según el porcentaje acordado y cómo se hará el pago.
Otra parte clave es definir la duración del acuerdo. Por ejemplo, podéis pactar que el contrato tenga efecto mientras dure la colaboración o un tiempo determinado para evitar confusiones.
Por último, incluid una cláusula básica que diga qué debe pasar si alguno quiere terminar el acuerdo o si surge algún problema que no se pudo prever. Así, pueden tener un proceso claro para resolverlo sin conflictos.
Crear este contrato no requiere ser abogado ni usar un lenguaje complicado. Solo basta con poner por escrito lo que ambos acordéis de forma sencilla y clara. Esto hará que la colaboración sea más segura y disfrutable para los dos artistas.
Si tienes dudas o quieres que revisemos tu contrato, en EPM Abogados estamos listos para ayudarte a proteger tu trabajo y tu carrera, con asesoría cercana y profesional.